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BIENVENIDO A

LA TEBAIDA TURÍSTICA

ARQUEOTURISMO

PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO COMO RECURSO TURÍSTICO

Partiendo el concepto de arqueoturismo o turismo arqueológico, se considera una modalidad de turismo cultural bajo la que se presentan propuestas turísticas con la arqueología como ingrediente principal. Esta formula turística alternativa a lo convencional está basada en promocionar la pasión por la arqueología y las iniciativas de conservación de los yacimientos y lugares históricos.

El patrimonio no ha sido ajeno al turismo y ha sido uno de los primeros motivos de compra de este tipo de viajes. Aún incluso de que se pudiera hablar de turismo tal como se entiende actualmente. Asimismo, el patrimonio cultural, desde hace mucho tiempo, constituye una razón capaz de generar desplazamientos de personas con intereses específicos.

El conocimiento de las  culturas desde la óptica del turismo puede traducirse en el respeto por la diversidad cultural. Este es el caso de los sitios arqueológicos cuya diversidad y riqueza como parte del patrimonio cultural puede ser mostrada al visitante a través de distintos circuitos turísticos. Así se crean espacios que pueden ser utilizados por las comunidades locales y por los visitantes con el objetivo común de acercar el pasado al presente. En este acercamiento es factible la adjudicación de nuevos valores entre los visitantes y  los habitantes de las comunidades locales sobre los que puede recaer finalmente parte de la sustentación y de la conservación de dicho patrimonio.

En los últimos años los proyectos de investigación y puesta en valor del patrimonio arqueológico han permitido la accesibilidad a una buena parte de los recursos arqueológicos, con una proyección social, educativa y cultural, no sólo dentro del mercado interno sino incluso del mercado internacional.

En relación al arqueoturismo y el desarrollo rural se deben tener en cuenta que fomentan diferentes actividades responsables con el entorno:

Contribuir a mejorar las condiciones de vida de la población local.

Contribución a la reactivación económica de zonas desfavorecidas.

Generación de rentas complementarias, manteniendo las actividades tradicionales en el caso de zonas rurales y que contribuya económicamente a la conservación del patrimonio.

Generación de nuevas oportunidades de empleo.

Conservación del medio físico y natural.

Control de la frecuencia turística así como de los impactos de la actividad turística sobre el destino en general y sobre el patrimonio en particular.

GUAQUERÍA

 “El fundador de La Tebaida era un soñador, un visionario, un estudioso de la realidad del mundo y de la geografía que lo rodeaba. Su libro "RECUERDOS DE LA GUAQUERÍA EN EL QUINDÍO" constituye la "biblia" de la arqueología indígena de la región andina y sus alrrededores. La mitología es magia, sabiduría, el ocultismo de un humilde guaquero encantado con su mágico tesoro, pero ceñido en un cosmos de mitos y leyendas; enriqueciendo las expresiones de una sociedad determinada. Específicamente las tierras del Quindío fueron habitadas por  aborígenes, indígenas de las tribus Pijaos, Quindos y Quimbayas, que dejaron fábulas de hechos sorprendentes, invenciones que hacen parte de la especie humana. Describen que por el mes de abril en la espléndida primavera, se ve la llama de una guaca en los potreros de La Tebaida; quienes han tenido la fortuna de apreciarla, la detallan como un fuego pálido y sumamente asombroso, calculan que de base consigue medir 4 metros, 5 de altura y termina en un conjunto de rectas que teniendo un punto común, el vértice, interceptan para formar un cono.

En esos potreros codiciados se han descubierto luego de la visión, guacas fastuosas con objetos de oro y cobre de gran valor arqueológico y de gran jerarquía para la conservación de los vestigios milenarios de la región.

En la calle 13 con carrera 9, en nuestros días casa residencial de Anaquilia López, era la entrada a una extensa laguna, que fue desocupada en búsqueda de riquezas indígenas, tras sus excavaciones, los guaqueros del aquel entonces, encontraron objetos valiosos, era tal la placidez mítica de sus encantos, que bañarse en sus aguas, era humedecer el cuerpo en un peculio de riqueza.

Algunos relatos describen, que las extensas tierras selváticas, vírgenes de por sí, eran pobladas por etnias indígenas, muchos de sus componentes veían a la laguna como un lugar radiante de energía y espiritualidad, donde usaban sus aguas, departían de ella y arrojaban objetos preciosos en devoción a un supremo que todo lo puede y que todo lo tiene. Fue tal la avaricia de los guaqueros, que la laguna fue desviada con la construcción de un túnel que llevaba sus aguas a la Quebrada La Tulia, en el sector de los predios del Mangón.

En el preámbulo de este compendio, describo la leyenda de la laguna encantada del Valle de Maravélez, donde flotaba una totuma que al tocarla gemía como un toro, y en sus aledaños; el hallazgo de una anciana repleta de joyas de oro que dio nombre al río La Vieja. Relata Miguel Ángel Rojas Arias, en uno de sus editoriales de La Crónica del Quindío: “que en el Parque Los Fundadores de Armenia, al costado norte, casi al comienzo, encontramos el Árbol del Amor. Cuenta la leyenda de una pareja de jóvenes que se escondía dentro del Caracolí para amarse”. “Era un amor imposible, de comienzos del siglo XX, se dice, entre un peón y la hija del patrón de la hacienda, en el bello Valle de Maravélez, Municipio de La Tebaida. Un día, los cuerpos desnudos y abrazados de los jóvenes fueron hallados sin vida, dentro del árbol, dice la leyenda”.

En el sector de Las Chilas y sobre el lecho del río Espejo, en jurisdicción de La Tebaida, percibimos un transcendental testimonio de gran interés cultural: “LA PIEDRA DEL INDIO”, un grabado conocido como petroglifo que proyecta ciertas vertientes de apreciación; hay quienes concluyen que es un simbolismo a la familia, se puede pensar que es una mujer que murió en su momento de parir con su bebe al lado, otros fantasean con una serie de invenciones muy estrechas a la realidad.

Recuerdo a Celestino Muñoz, un hombre carismático y soñador, el viejo “TINO”, peluquero de profesión y amante a la guaquería, cuyo local estaba ubicado en la calle 12  entre carreras 7 y 8; mientras cortaba nuestros cabellos relataba historias míticas con tal alegoría que nos hacía colocar los pelos de punta. Al final no sé si salíamos trasquilados o con el corte perfecto, de lo que no tengo ninguna duda era cuando decía que la Piedra del Indio, es una maravilla de percepción digna de contemplación.Los tebaidenses relatan que en el sector de la Chec, la estación eléctrica municipal ubicada en la calle 14 con carrera 10, en ese entonces, fueron halladas varias guacas con utensilios arqueológicos de gran importancia y en que en su momento de expedición se convirtió en un espectáculo callejero para sus habitantes; quienes esperaban horas y horas con la esperanza de desenterrar piezas de orfebrería de los asentamientos indígenas.

GUILLERMO AGUDELO, UNO DE LOS ÚLTIMOS GUAQUEROS EN LA TEBAIDA

En la época de la fiebre guaquera en plena Colonización Antioqueña, llegaron a La Tebaida arrieros en busca de restos arqueológicos precolombinos atraídos por el tesoro de Maravélez, el cual no era más que las riquezas del Cacique Calarcá, quien antes de ir a pelear con los españoles depositó todo el oro allí.

Entre los expedicionarios arribaron los hermanos Luis y Pedro Arango Cardona, pero fue Luis quien  dejó una riqueza histórica en su libro: “RECUERDOS DE LA GUAQUERÍA EN EL QUINDÍO”, fundador de La Tebaida en cuyo casco urbano fue erigida la Plaza Nueva, que recibió su nombre en memoria perenne  y en cuyo centro se halla el Monumento a la Guaquería, obra del maestro Hugo Mendoza.

La placa conmemorativa escrita por el colonizador Jesús Arango Cano señala: “Aquí un afortunado guaquero con su mediacaña, tira un cateo, pinta una guaca y de ella extrae riquísimo tesoro Quimbaya. El Quindío tórnase en un hormiguero de guaqueros que luego vuélvense una prodigiosa colonización. El Quindío transfórmase en emporio de riqueza. Sea éste un homenaje agradecido de La Tebaida a su fundador Luis Arango Cardona y a todos los guaqueros y colonizadores que convirtieron nuestra tierra en tierra de promisión”. Así mismo en su memoria se construyó una escuela con su nombre en el año 1973, siendo rector el Licenciado Arnober Amaya. En la actualidad es una institución educativa, donde se adelantan estudios de básica primaria y secundaria, cuya primera promoción de bachilleres se graduó en el año 2014

La Tebaida no ha sido ajena al hallazgo de utensilios de cerámica y orfebrería Quimbaya. A lo largo de su historia muchas piezas de grabado han sido halladas con una simetría a la perfección, la cerámica  con una estética impresionante que embruja en su apreciación.

En el sector del Edén fue encontrado un platillo de oro y una india del mismo metal en el río Espejo, en la Anapoima un caracol de cobre, dos estatuas de barro en la Plaza Principal y una en la vereda La Argentina. Así mismo, fueron desenterrados infinidad de instrumentos de trabajo agrícola, doméstico, caza y de guerra.

 “En la finca “La Argentina”, los guaqueros encontraron un pueblo al que bautizaron La Patasola a causa del hallazgo de varios restos con una sola pierna. Muy cerca del anterior fue descubierto el pueblo de La Sabaleta por la existencia de muchos pescaditos de oro en las guacas encontradas.

 

En “La Padilla”, fue hallada una guaca rica, razón por la cual, fue bautizada ‘El Cacique”. Así lo relata en su texto el escritor Vallejo Betancur. En una fosa común en la carrera 5 con calle 12 fueron descubiertos doce indios, los cuales descienden de cientos de años, dictaminados en el método de datación por radiocarbono, técnica basada en isótopos más fiable para conocer la edad de muestras orgánicas.

Las piezas imperecederas encontradas en el último siglo, son muestras en los estándares de incontables galerías, preservando un tesoro legendario de alta calidad y de incomparable perfección.

Esa gama de elaboración milenaria se puede apreciar en el Museo de Oro del Banco de La República en Bogotá, Museo Nacional de Colombia, Museo América de Madrid España, Museo Quimbaya en Armenia y en diferentes Museos del Hombre en la esfera mundial. Una cantidad reducida de estas piezas milenarias, reposan en las estanterías del Museo Quindío como se conservan algunas en el sector del Barrio El Cantaro y Cantarito, donde hay un programa arqueológico que ha excavado, recuperado y clasificado alrededor de cien piezas de la Cultura Quimbaya.

SALA ARQUEOLÓGICA EN LA TEBAIDA

El Periodista e Historiador, quien hoy ostenta como Director del Periódico Virtual "El Quindiano", y ejerce como Jefe de Comunicación de la Gobernación del Quindío Miguel Ángel Rojas Arias, presenta en este vídeo  la Sala Arqueológica en el Museo del Quindío del Municipio de La Tebaida.

LA TEBAIDA, TURISMO Y ARQUEOLOGÍA

POR ROBERTO RESTREPO RAMÍREZ Y NÉSTOR EDUARDO HERNÁNDEZ MORALES

 

El ‘Edén Tropical del Quindío’, al ser  la puerta de entrada del territorio cafetero desde el sur de Colombia, pretende mostrar a sus visitantes lo mejor de su infraestructura para el turismo y sus sitios culturales: el Parque Bolívar con sus tradiciones, ardillas y bancas antiguas. 

La Plaza Nueva con su Monumento y el Corredor Gastronómico.  La Plaza del Bicentenario, con el Museo de la Quindianidad en su entorno.  El Parque Fabiola Botero.  El Parque Didáctico del Tránsito.  La Casa de la Cultura.  Las fábricas de muebles de guadua, como “Arango y Bambusa”.  El Centro de Convenciones Amanecer y su bella estructura de guadua.

También sus paisajes del Valle de Maravélez, historias fabulosas como ‘El berraco de La Tebaida’ y los aspectos del patrimonio inmaterial —artesanías de guadua, calceta de plátano o los trabajos de cáscara de huevo— son tenidos en cuenta.

Sin embargo, otro destacado punto patrimonial podría potenciarse al turismo, siempre en el ámbito de la responsabilidad y manejo consciente de los recursos que entran en ese ámbito. Se trata de los bienes más delicados, los arqueológicos, aquellos que son el legado de todos los ciudadanos como así lo determina la Constitución, al considerarlos propiedad de la nación, inajenables, inembargables e imprescriptibles.

La Tebaida fue excluida de la consideración del Paisaje Cultural Cafetero de Colombia, como patrimonio de la humanidad, a pesar de poseer fortalezas en uno de los atributos del PCC, el patrimonio arqueológico.  Tal decisión de la Unesco es inconveniente, pues en su territorio se encuentran valiosos yacimientos prehispánicos que se llaman regularmente petroglifos de ‘petros’, piedra y ‘gliphos’, grabado.

La Tebaida, desde su fundación, está unido a historias de guaquería y arqueología que hoy podrían constituir un insumo para el turismo cultural del Quindío.  Los siguientes son los datos que sustentan esta proyección:
Una de las familias fundadoras, los Arango Cardona -y especialmente Don Luis- se dedicaron a principios del siglo XX a explorar de manera rudimentaria las sepulturas indígenas de dichos contornos, constituyendo ello uno de los hechos de guaquería —saqueo de tumbas indígenas— más famosos de Colombia.  Culminadas dichas labores, sucedió la fundación en 1916.

En 1924, Luis publicó el primer tomo de una obra odiada y curiosa. Recuerdos de la guaquería en el Quindío fue un suceso editorial de esa época y hoy se podría constituir en un filón de información, desde la antropología interpretativa, sobre la historia provincial del Quindío en las primeras décadas del Siglo XX y con relación a la vida cotidiana y ceremonial de los pueblos arqueológicos, pues el autor relata detalles tipológicos de las piezas de oro  y de cerámica saqueadas, así como de las formas de nichos funerarios y de sitios alterados por la acción no científica de cien de guaqueros. Gran parte de las colecciones de cerámica antigua del Quindío procede de los yacimientos funerarios de La Tebaida, como copas y ánforas con pintura negativa y policromía.

Se recuerdan en el registro toponímico dos sitios excavados después del terremoto de 1999 que, por las piezas encontradas allí, se llamaron ‘El Cántaro’ y ‘El Cantarito’.

Es la única localidad quindiana que cuenta con un acuerdo municipal, el 007 de febrero 28 de 1995, “por medio del cual se dictan normas para la protección del patrimonio arqueológico”.

Posee un monumento del espacio público muy singular dedicado a la guaquería. Por su curiosa creación, esta es una escultura que se debe conocer, así se considere una apología a esta nefasta actividad. Fue elaborada por el Maestro Víctor Hugo Mendoza y se encuentra en el Parque Luis Arango Cardona o Plaza Nueva.

La colección arqueológica de la Casa de la Cultura podría ser más numerosa y profusa. Sin embargo, es representativa de las culturas indígenas que ocuparon el territorio antes de la conquista, especialmente lo que corresponde al Periodo Tardío. 

TRES PETROGLIFOS ENCONTRADOS

Dos aspectos se destacan: en su territorio se encontró, de manera ocasional, una ‘punta de proyectil’. Este es un objeto de piedra que fue empleado por pueblos de cazadores y recolectores hace nueve mil años. Su hallazgo lo registraron dos arqueólogos en 1970 en terrenos del aeropuerto El Edén. 

El otro aspecto se relaciona con el denominado arte rupestre. Tres petroglifos se han registrado en su jurisdicción: ‘La Piedra del Indio’, ‘La Piedra de La Familia’ y ‘La Piedra de San José”.

Durante muchos años, el petroglifo ‘La Piedra del Indio’ fue visitado por locales y turistas, pues sus diseños antropomorfos y uno zoomorfo llamaban la atención.

Fue cubierto por una corriente de la quebrada que lo alberga en el año 2012. Las piedras ‘de la Familia’ y ‘de San José’ presentan detalles de salamandras y espirales y, junto con otros petroglifos del resto del Quindío, ellos son estudiados por la Asociación de Antropólogos del departamento en aras de presentar una nueva dimensión turística: ‘La ruta de la piedra’, que también comprendería otros vestigios históricos del Quindío, pero manejada por profesionales guías del campo antropológico.

Mientras tanto, en La Tebaida, un lugar podría ser el depositario de información y de piezas arqueológicas: el Museo de la Quindianidad, un recinto subutilizado en la oferta turística y cultural de la región.

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